Contexto histórico

El 1 de abril de 1939 finaliza la Guerra Civil con la victoria del ejército que tres años antes se había alzado contra la República. Formalmente España está en paz, pero en realidad comenzaba una dura posguerra durante la cual el hambre y la represión se cernieron sobre la población.

La situación económica es crítica, los salarios han caído en picado mientras los precios de los productos de primera necesidad crecen sin parar. Los alimentos escasean y el hambre se vuelve crónica. Las enfermedades y la mortalidad aumentan exponencialmente mientras la mayoría de la población no tiene acceso a las medicinas. Son años de autarquía económica, de gachas, cartillas de racionamiento y estraperlo.

La educación vuelve a manos de la Iglesia, la segregación por sexos se impone.

El franquismo, al estilo de los regímenes totalitarios, procura superar la difícil situación cerrándose en sí mismo y ejerciendo una intensa represión sobre la población. La prisión, el exilio, los campos de concentración, los batallones de trabajo y las ejecuciones se vuelven habituales.

La educación vuelve a manos de la Iglesia, la segregación por sexos se impone y solo se pueden impartir las materias adaptadas al dogma y la moral católica.

Mientras, se instaura el nuevo orden político, el Nacionalcatolicismo, y el miedo y la mediocridad se extienden a todos los aspectos de la vida. Es un mundo de vencedores y vencidos y media España ha perdido la guerra.

Esta etapa se prolonga hasta los años cincuenta en los cuales se pasa del aislamiento internacional y el rechazo de las grandes potencias a la integración progresiva en el mundo capitalista mediante el Concordato con el Vaticano y los pactos económicos y militares con los Estados Unidos.

Cupones de racionamiento, 1952. Archivo personal de las autoras
Cupones de racionamiento, 1952. Archivo personal de las autoras
Paquetes recibidos de los EEUU,  Navidad de 1953. Pérez de Rozas. Arxiu Fotogràfic de Barcelona

La situación económica mejora con la entrada en el gobierno de Franco de los tecnócratas del Opus Dei. El Desarrollismo, la renovación industrial, la emigración de mano de obra y el turismo favorecen el “milagro económico”, que en realidad solo es un espejismo. Aun así, la Dictadura, no afloja, el garrote y la represión política y social con censura, prisión y ejecuciones, se mantienen hasta la muerte de Franco.

No es de extrañar que muchas familias se vean obligadas a dejar los hijos en la beneficencia.

En este contexto no es de extrañar que muchas familias se vean obligadas a dejar los hijos en la beneficencia. Otros menores, si la familia es denunciada como desafecta o inmoral, son recluidos en instituciones del Patronato o del Tribunal de Protección de Menores.

Cartel de 1952. Pérez de Rozas. Arxiu Fotogràfic de Barcelona
Portada del libro de la Editorial Molino, Barcelona, sin fecha. Archivo personal de las autoras

Las mujeres padecieron esta situación de forma aún más extrema, además de las vejaciones por el solo hecho de serlo, perdieron casi todos los derechos como persones. La exaltación del modelo de esposa y madre, salvaguarda de los valores de la familia i la sociedad cristiana, las relegó a la casa, el marido y los hijos. La prohibición del trabajo remunerado, las condeno a las faenas domésticas, o a ser explotadas como mano de obra barata, sin ningún derecho laboral. Una situación que las marcará durante toda la vida, pues en la vejez se verán privadas de una pensión digna.

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