Patronato de Protección a la Mujer
El Patronato de Protección a la Mujer era una institución dependiente del Ministerio de Justicia, sucesor del Patronato Real para la Represión de la Trata de Blancas (creado en 1902), cuyo objetivo era velar por la moralidad pública, muy especialmente la de las mujeres.
Una de las funciones principales fue “la dignificación moral de la mujer, especialmente de las jóvenes, para impedir su explotación, para apartarlas del vicio y para educarlas con arreglo a las enseñanzas de la Religión Católica” (Decreto de 6 de noviembre de 1941). La madre soltera estaba incluida en el grupo de inmorales y podían acusarla de corrupta por este hecho, sobre todo si no se la había acogido en la casa familiar. Además, ejercía funciones tutelares de vigilancia, recogida e internamiento de las muchachas que habían cumplido dieciséis años hasta los veinticinco, aunque la mayoría de edad se obtenía al cumplir los veintiuno.
Los recursos económicos del Patronato se obtenían básicamente a partir de subvenciones del Estado, provincia, municipio o entidades públicas o privadas, de donaciones, de las rentas de sus bienes y de la cuota de los gastos de las estancias en las instituciones.