Nicolás Alpiste Cotes

VIVENCIAS

Nicolás estuvo en el centro Casa-Hospicio de Nuestra Señora de la Misericordia de Valencia de 1940 a 1948.

Nicolás Alpiste Cotes nació en  Vélez-Rubio, Almería, el 18 de marzo de 1932. Hijo de campesinos, como tantos niños y niñas de la época vio cambiar su suerte al estallar la guerra civil en 1936, El padre, Nicolás Alpiste Ruiz, fue movilizado hacia el frente republicano. La madre, María Cotes Romero, quedó sola en el pueblo con tres hijos, Nicolás, el mayor; Antonio, nacido en 1934 y Miguel, nacido en 1935. El cuarto hermano, Juan, nació en 1938. A consecuencia de ello, tuvo que hacer trabajos que por su edad no le tocaban. Acompañado de sus dos hermanos y mientras su madre cuidaba del más pequeño, todavía bebé, iba al campo donde cultivaban verduras, patatas, frutas…Recogía leña para cocinar, llevaba las cabras a pacer y hacía objetos con esparto, trabajo que había aprendido de su padre viendo como él lo preparaba y picaba para hacer cuerdas, cestos y suelas para las alpargatas.

Al acabar la guerra, madre e hijos esperaban cada día con impaciencia el retorno del padre, pero él no volvió. Les comunicaron oficialmente que el padre era uno de los muchos desaparecidos. Unos dijeron que si en tierras de Extremadura, otros que si en el frente del Ebro. Nunca lo han sabido de cierto. María, viuda y con cuatro hijos de corta edad, menospreciada en el pueblo por ser esposa de un republicano, decidió desplazarse a Barcelona donde vivía el suegro y los cuñados. Pero al llegar a Valencia, concretamente a Burjasot, se encontró con dos hermanas y se quedó con ellas. Nicolás recuerda aquel periodo como una época de hambre y miseria. Iban con la madre por los campos a recoger patatas, boniatos o lo que fuera que hubiera quedado por tierra una vez hecha la cosecha. Recuerda el drama que vivió su familia en aquella época, ya que a la muerte –desaparición- del padre se añadió la muerte de Juan, con veintidós meses, víctima de un ataque de epilepsia (no sabe bien si fue esto o un ataque de corazón) mientras se desplazaban en tren desde Benimamet a Valencia capital.

En la ciudad valenciana, la madre conoce a dos señoritas de Auxilio Social que eran de Almería y se queda a servir en casa de ellas. Una de las hermanas era la jefa del comedor que estaba al principio de la calle de la Pau (entonces de la Paz). Las mujeres hicieron los trámites oportunos conjuntamente con el párroco de la Parroquia de San Esteban para ingresarlos en el Asilo de la Misericordia (el nombre oficial era Casa-Hospicio de Nuestra Señora de la Misericordia) gestionado por la Diputación y conducido por monjas Carmelitas de la Caridad. Nicolás tiene una copia de la carta de solicitud que firmó la madre en la cual se dice que al marido lo mataron los “rojos” cuando no era cierto. ¿Detallarlo así lo hizo siguiendo indicaciones de las señoritas o del párroco o se le ocurrió a ella para que no cambiasen de opinión al saber que era viuda de un republicano?

El 9 de abril de 1940 ingresan Nicolás, Antonio y Miguel, con 8, 6 y 5 años respectivamente, en el Asilo de la Misericordia de Valencia, ahora ya desaparecido, situado en el barrio del Carmen. Era un centro enorme, como la Casa de la Caridad de Barcelona. Había secciones de niñas, niños, abuelos y abuelas. El recinto disponía de iglesia, claustro, grandes patios, edificios para los internos, escuela, granja, huerta, lavaderos, talleres de sastrería, alpargatería, zapatería y carpintería. Nicolás no tiene un mal recuerdo del centro aunque algunas vivencias no fueron del todo buenas. Explica que la comida no faltaba (arroz, patatas, moniatos…pan poco) pero hambre también pasó. Se comían los “patitos” (flor de las acacias),  la piel de las naranjas y la corteza de los árboles. “Pescaban” boniatos con unos hierros y unas cuerdas y se los comían crudos. La madre, cuando los iba a ver les llevaba pan, plátanos, naranjas… Él piensa que ella se lo quitaba de su boca.

La madre murió en 1943 en Huércal-Overa (Almería), la madre superiora, sor Patrocinio, le dio la noticia. Nicolás quedó huérfano de padre y madre a los once años, con dos hermanos menores que él. A pesar de esta infancia que podríamos calificar de dramática, Nicolás habla de la suerte (el habla de “destacar”) que le ha acompañado siempre en la vida. Comenta que si no hubiera ido al asilo quizás no habría hecho nada en su vida más que pastorear ovejas. Explica que en la Misericordia destacó y ocupó “cargos” que no otorgaban a todos. Se encargó de hacer las oraciones en voz alta (ángelus, rosario…), fue monaguillo y cabo de una sección de niños pequeños, de tres a siete años, y al colocarlo la superiora en las oficinas de una imprenta le ofreció la ocasión de aprender el oficio de tipógrafo. Claro que él también puso de su parte yendo a estudiar, mientras trabajaba, en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia.

En la Misericordia estuvo hasta los dieciséis años. El verano de 1948 su tía Paquita pide permiso a la superiora para llevarse a Nicolás, Antonio y Miguel a Barcelona, para pasar las vacaciones con ella. Lo permite y en Barcelona ya se quedaron los tres hermanos, causando baja de la institución el 30 de septiembre de aquel año.

Nicolás vivió en Barcelona desde entonces. Viudo y padre de dos hijas, Maribel y Mayte y de un hijo, Nicolás. En la familia es una tradición poner este nombre de padres a hijos. Gracias a sus conocimientos profesionales pronto encontró trabajo en lugares importantes como los periódicos Solidaridad Nacional, La prensa, etc. Vivió desde principios de 1960 en la Gran Vía de las Corts Catalanes, en un edificio de la Cooperativa de Viviendas del Sagrado Corazón de Jesús, S.C.C.L., nacida de la iniciativa de un grupo de trabajadores muy vinculados al mundo cooperativista, a principios de los años cincuenta.

Nicolás era una persona muy afable, inteligente y con muchas ganas de hacer cosas y, sobre todo, de ayudar a sus semejantes. Le gustaba compartir anécdotas y experiencias de su ya larga –y no fácil- vida. Colaboraba en su barrio en muchas actividades y prestó su palabra en diversos documentos que recogen experiencias orales como es la edición del libro de Cristina Morera, Medio siglo de historia. (Barcelona: Cooperativa de Viviendas del Sagrado Corazón de Jesús, S.C.C.L., 2004), en el cual también se publican –entre las de otros vecinos- varias fotografías y documentos de su propiedad enriqueciendo la obra y dejando testimonio del proceso de los grandes cambios de aquella zona.

De la misma manera, colaboró como testimonio oral en la investigación histórica sobre las niñas y niños que estuvieron en centros  tutelados y benéficos del periodo franquista, realizada por las historiadoras E. Ràfols, M. Verdú i N. Garcia, y prestó su voz e imagen en la edición del documental Darrere la finestra. Vida quotidiana als centres de menors franquistes (R. Mamblona, 2006).

Nicolás nos dejó el 30 de marzo de 2015. Te damos las gracias por haber compartido tus experiencias con nosotras. Siempre te recordaremos.

Dos internos con uniforme de futbol. Al fondo se ven los lavabos del patio de la Casa de la Misericordia de Valencia. 1946-47
Falla construida por los internos de la Casa de la Misericordia de Valencia. Aparece el presidente de la Diputación junto con los vigilantes del centro. 1939-1948
Algunos componentes de la Banda de Música de la Casa de la Misericordia de Valencia. Hacia el 1948
Excursión a Alboraya, junto a la ermita de San Cristóbal. 1945-46
Vista del patio de la Casa de la Misericordia de Valencia. Podemos ver el Campo de futbol. Al fondo, zona en la que estaban las chicas. 1945-46
Iglesia de la Casa de la Misericordia de Valencia. 1945-46
Ficha que le abrieron a Nicolás cuando ingresó a la Casa de la Misericordia de Valencia. 1940

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